Olvídate de productos precongelados. En Nortembio te enseñamos cómo preparar auténticas pizzas caseras para que tus comensales se sorprendan y dejen de ponerte ¡un cero!

El secreto está en la masa

Aunque te pueda parecer una tarea muy ardua y tediosa, hacer por uno mismo la masa se convierte inmediatamente en un valor diferencial de cualquier pizza que se precie.

Es muy divertido amasar, pringarse y esparcir harina por toda la mesa. Desde el primer momento vas a sentir que estás en la cocina de Ratatouille. Además, los peques de la casa pueden ayudar sin ningún tipo de impedimento, aunque en el momento del horneado no es recomendable que se acerquen para evitar accidentes.

Consejo: Agrega a tu masa de pizza casera media cucharadita de Bicarbonato de Sodio para ayudar a que suba y conseguir que esté más esponjosa y jugosa. ¡Notarás la diferencia!

Ingredientes (para 2 personas)

  • 200 g de harina de trigo (puede ser integral)
  • 100 ml de agua tibia
  • ½ cucharada de Bicarbonato de Sodio
  • 15 g de levadura seca instantánea
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • ½ cucharadita de sal
  • Un puñadito extra de harina para amasar
pizzas caseras italianas

Preparación de pizzas caseras

Aunque parezca obvio, nunca está de más recordar que ¡hay que lavarse muy bien las manos! Ahora que tienes tus instrumentos de trabajo en perfectas condiciones, ¡ya puedes empezar a dar forma a tu masa de pizza casera!

Comienza añadiendo la harina en un bol y haz un hoyito en el medio.

En ese hueco vierte el agua y el aceite, junto al Bicarbonato de Sodio Nortembio especial Alimentación, la sal y la levadura. Muy importante que el agua esté tibia para que la masa quede crujiente.

Una vez que tienes todos los ingredientes, primero bate los que están en el centro del bol con una barilla y una vez que estén integrados, prosigue a mezclar con las manos la harina.

Aunque al principio te parezca poco consistente, después de unos minutos conseguirás mayor solidez.

Cuando obtengas una forma redondeada, comienza con el amasado. Esparce un puñado de harina en la encimera. Extrae la masa del bol, con cuidado de no separarla, y comienza a masajearla sobre la superficie que has enharinado. Puedes hacer círculos con la palma de tu mano mientras aprietas la bolita de masa, otro truco es tirar pequeños pellizquitos y luego amasar con las manos hasta que se vuelva a integrar. Agrega más puñados de harina si consideras que la masa no está compacta.

Cuando termines el amasado, vuelve a poner el resultado en un bol, echa unas gotitas de aceite y cubre con papel film transparente. Deja reposar durante dos horas, la masa duplicará su tamaño y estará lista.

Usa un rodillo para darle forma plana y redondeada, tómate tu tiempo y recuerda que no hace falta que quede perfecta para que esté irresistible.

¡Congela la masa que te sobre de tus pizzas caseras!

masa casera para pizzas

Como ves, no es un trabajo muy difícil de hacer, pero se necesita algo de tiempo para hacer que la masa descanse y suba. Si habitualmente tu horario te impide cocinar o te da muchísima pereza, hay una solución que nunca falla: ¡haz de más y congela!

Puedes hacer masa para ocho personas, aunque solo quieras una porción para dos. Puedes guardar el excedente sin problema.

Lo recomendable es que realices este proceso antes de que la masa fermente, es decir, antes de las dos horitas de reposo. Guarda lo que te sobre en porciones individuales para que sean más fáciles de descongelar después.

Cuando quieras usar la masa congelada, solo tendrás que sacarla y dejarla en un bol con aceite por al menos 12 horas. Una vez que haya pasado el tiempo, estará fermentada y lista para su amasado.


No peques con el tomate frito de lata

La base de una buena pizza casera es la salsa de tomate. Ya que te has currado la masa, poner tomate de bote es fastidiar todo tu gran trabajo.

Una salsa de tomate muy sencilla de hacer solo necesita 200 g de tomate, ½ cebolla blanca, 1 diente de ajo y sal y pimienta al gusto.

Corta todo en pedacitos muy finos y deja sofreír en una sartén a fuego medio durante 10 minutos. Después baja el fuego y cubre con una tapadera para que se reduzca el líquido de los tomates.

Una vez que tienes los ingredientes cocinados, bátelos y luego cuélalos para que quede una salsa líquida. Si quieres que esté más espesa, vuelve a poner la salsa al fuego por unos 5 minutitos más.


Sé creativo, pero ¡no te pases!

Usa ingredientes frescos, como una buena mozzarella, o cualquier queso que gratine bien. La pizza es un plato muy agradecido que admite casi todo tipo de combinaciones. Puedes usar ingredientes que sean aptos para veganos y crear una pizza casera deliciosa. Si quieres poner patata o boniato, cuécelos previamente para que no queden crudos. ¡No satures tus pizzas! Si te pasas con la salsa, el queso o lo que hayas añadido, tendrás que instalar un andamio para que no se desmonte todo. Muchas veces, la sencillez es la clave. ¡Con tres ingredientes tienes de sobra!


Horneado de la pizza casera

Precalienta el horno a 160 °C durante 15 minutos. Coloca tu pizza casera sobre una bandeja para hornear que tenga harina para que no se pegue, también puedes usar las rejillas del propio horno.

Alcanzada la temperatura deseada, introduce la pizza en el horno a 250 °C durante 10 minutos. Si quieres añadir orégano, albahaca o cualquier otro tipo de hierba que dé sabor, te recomendamos que lo hagas en los minutos finales para evitar que se quemen.

Para comprobar que tu pizza está lista, levanta la base usando una espátula. Si tiene un color tostado significa que ya está lista. Sácala del horno, déjala reposar unos minutos ¡y a disfrutar!


Las pizzas caseras también pueden ser un postre

pizza postre

¿Quién ha dicho que la pizza casera tiene que ser salada? Puedes hacer el mejor de los dulces cambiando algunos ingredientes.

Comienza por hornear la base de la pizza, sin ponerle nada por el momento. En lugar de 10 minutos a 250 °C, déjala 5 minutitos. Después, retírala del horno y usa chocolate para untar o nata en la base.

A partir de aquí puedes poner casi de todo. Agrega fruta como fresa, manzana o plátano. Puedes poner una capa de caramelo o unas cucharaditas de miel. Cuando consideres que ya te has pasado de goloso, vuelve a meter la pizza en el horno por un par de minutos. Con este postre sorprenderás a todos tus invitados.

 

Ya no tienes excusas para seguir comprando pizzas precocinadas. ¡Conviértete en todo un maestro pizzero y deja a cualquier italiano sin palabras con tus pizzas caseras!

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